Las niñas deben comenzar a ver a un ginecólogo entre los 13 y los 15 años. Durante una visita inicial, una consulta puede ayudar a abordar muchas inquietudes, como el manejo de la higiene menstrual, la comprensión de los cambios hormonales y físicos durante la pubertad y el desarrollo de relaciones románticas saludables. Por lo general, no se necesita un examen pélvico en este momento a menos que la paciente experimente síntomas anormales de algún tipo.
